viernes, 6 de julio de 2012

La importancia de la siembra de la semilla

Mensaje domingo 1 de julio del 2012                                                                                                                                                         Gén 15:1  Después de esto,  la palabra del Señor vino a Abram en una visión:  "No temas,  Abram.  Yo soy tu escudo, y muy grande será tu recompensa."

      Gén 15:2  Pero Abram le respondió: Señor y Dios,  ¿para qué vas a darme algo,  si aún sigo sin tener hijos,  y el heredero[1] de mis bienes será Eliezer de Damasco?
      Gén 15:3  Como no me has dado ningún hijo,  mi herencia la recibirá uno de mis criados.
      Gén 15:4  ¡No!  Ese hombre no ha de ser tu heredero le contestó el Señor.  Tu heredero será tu propio hijo.
Gén 15:5  Luego el Señor lo llevó afuera y le dijo: Mira hacia el cielo y cuenta las estrellas,  a ver si puedes.  ¡Así de numerosa será tu descendencia!
Gén 15:6  Abram creyó al Señor,  y el Señor lo reconoció a él como justo.
Gén 15:7  Además,  le dijo: Yo soy el Señor,  que te hice salir de Ur de los *caldeos para darte en posesión esta tierra.
Gén 15:8Pero Abram le preguntó:  Señor y Dios,  ¿cómo sabré que voy a poseerla?
Gén 15:9  El Señor le respondió: Tráeme una ternera,  una cabra y un carnero,  todos ellos de tres años,  y también una tórtola y un pichón de paloma.
Gén 15:10  Abram llevó todos estos animales,  los partió por la mitad,  y puso una mitad frente a la otra,  pero a las aves no las partió
.Gén 15:11  Y las aves de rapiña comenzaron a lanzarse sobre los animales muertos,  pero Abram las espantaba.
 Gén 15:12  Al anochecer,  Abram cayó en un profundo sueño,  y lo envolvió una oscuridad aterradora. 
Gén 15:13  El Señor le dijo: Debes saber que tus descendientes vivirán como extranjeros en tierra extraña,  donde serán esclavizados y maltratados durante cuatrocientos años.
Gén 15:14  Pero yo castigaré a la nación que los esclavizará,  y luego tus descendientes saldrán en libertad y con grandes riquezas. Debes convencerte de que saldrás prosperado de las pruebas. Dios no te dice que te librará de las dificultades, sino que saldrás “rico” de ellas.  Algunos pensarán que es controversial asegurar esto, por la explicita referencia a la prosperidad económica, pero no fui yo quien escribió la Biblia y dejó esta promesa que requiere un cambio de mentalidad y transición.
Seguro has enfrentado una situación de duda e incertidumbre parecida a la de Abram. Creer una promesa tan grande es difícil porque no sabemos cómo será posible verla cumplida. Necesitamos una señal que nos confirme lo que escuchamos, entonces lo que Dios dice es “
tráeme una ofrenda y  sacrificio”. Es extraño pero cierto, cuando le preguntas a Dios sobre Su fidelidad, o cuando vamos a pedirle  Él te pide que le honres y siembres para tener la certeza de que cosecharás.( la razón por la cual pedimos y no recibimos es porque la biblia dice que dando es como recibimos ) entonces para recibir primero tenemos que darle algo al señor
 Así que Abram rápidamente buscó su ofrenda porque sabía  que de esa forma haría un pacto con Dios y lo comprometía a cumplir Su palabra.  Esto es muy normal, la gente de negocios lo sabe. Perfectamente Para recibir, tenemos que dar Lo observamos  en el pasaje de la viuda de sarepta cuando Elias le pide agua y  pan
(1- de Reyes 7. 1- 16 )
En el nuevo testamento encontramos al mismo Jesus  haciendo uso de este principio
(San juan 4 . 9 -  15)
Solamente nuestro Señor es capaz de evangelizar pidiendo algo primero.  Cuando Jesús se acercó a la Samaritana, antes de ofrecerle la salvación, le pidió agua.  Su estrategia para acercarse fue pedir para luego ofrecer, sabía que no podía dar de Su agua si ella antes no le daba de la que tenía. Debía intercambiar lo natural por lo espiritual
.
  Dios nos pedirá actos de fe para sellar Su pacto con nosotros.  La confirmación de lo que recibiremos está en la semilla que sembremos.
Descansa en el Señor
Luego de dar su ofrenda, Abram cometió el error de batallar solo contra las aves para que no se la comieran. Nosotros también cometemos ese error y nos cuesta comprender que la promesa no se cumplirá por nuestras fuerzas o por lo que podamos hacer, sino por el poder del Señor.
Después de ofrendar, debes permitir que te sobrecoja el sueño. Si te das cuenta, Dios no le habló a Abram cuando estaba luchando con las aves, sino que lo durmió para que confiara. Quiere que descanses en Él , así como durmió a Adán para darle vida a Eva tomándole una costilla. Imagina que si lo hace despierto, tal vez Adán no se lo permite. Se puede decir que él es el único varón a quien casaron dormido, los demás estábamos completamente conscientes. 
 El Señor  no puede sacar lo mejor de ti mientras tu conciencia lucha contra el mundo. Cuando diezmas y  ofrendas, debes batallar con las aves de rapiña que intentan convencerte de que no lo hagas porque no lograrás nada de esa forma.
Pero si no descansas en Él, no podrá darte la seguridad de que te sacará próspero de los problemas porque salir igual no es victoria. Cuando Dios te saca de una situación, lo hace demostrando Su poder, nunca saldrás siendo el mismo de una dificultad, siempre saldrás mejor, renovado y próspero. Esa es la señal de que ha sido Dios quien te ayudó, así como sucedió con los hebreos que salieron íntegros y limpios del horno. Luego de estar en el fuego, ni sus ropas olían a humo. Cuando el Señor cumple Sus promesas, no dejará rastros de humo en tu vida. Su promesa es sacarnos “ricos” que es mejor, porque nadie en medio de una dificultad económica es feliz. El Señor nos promete aquello que necesitamos. Es concreto en Sus pactos y debemos imitarlo. Él sabe que puedes alcanzar otro nivel espiritual cuando no debes preocuparte por satisfacer tus necesidades humanas. Muchos problemas se resolverán cuando estemos convencidos de que Dios puede prosperarnos financieramente. Deja de batallar con las aves de rapiña, entrega tu ofrenda y descansa en el Señor para sellar el pacto de bendición.
Tres  dificultades a vencer
El Señor le enumeró a Abram tres dificultades que su familia habría de superar para ser bendecidos y vivir de Sus riquezas.
1- Debían dejar de sentirse extranjeros, esclavos y oprimidos. Todos somos salvos pero muchas veces continuamos atados por las tradiciones y viejos conceptos. No lo dudes y libérate, primero de la mentalidad de “extranjero” que te impide trabajar y ambicionar prosperidad porque “somos polvo y nada nos llevaremos”. Es cierto que la vida es un paso hacia algo mejor y que al morir no nos llevamos nada de lo que hemos obtenido con trabajo, pero estás obligado a heredar porque dejas descendencia y tienes una responsabilidad con las próximas generaciones. Cuando uno es extranjero no se esfuerza , disfruta el trato que le dan en un país extraño, está libre de obligaciones y presiones. Pero en nuestra propia tierra todo cambia. Debemos trabajar y procurar bienestar a los nuestros.  Es un compromiso y una alegría sentirse en casa. Sentirse extranjero es estar de paso, no adquirir ninguna obligación porque la estancia será corta. El Señor condena esa forma de pensar.  No eres un extranjero  en la tierra donde naciste y tienes la responsabilidad de heredar algo a tus hijos. Trabaja, construye y forja lo que dejarás en tu tierra.
La segunda mentalidad a vencer es la de ser un esclavo que únicamente trabaja por comida, vive el día a día y no ambiciona nada más. Está comprobado que la diferencia entre ricos y pobres no es el dinero sino la forma de pensar. El pobre piensa en cómo sobrevivir un día a la vez, no va más allá. La persona de clase media piensa de mes en mes, por eso al hacer un préstamo, no pregunta la tasa de interés sino la cuota mensual que deberán pagar. Trabajan para cubrir sus gastos mensuales. Por el contrario, el rico piensa de año en año y está obsesionado con el período fiscal. Pensar a largo plazo es mejor porque te hace planificar y soñar. Hay que hacer pactos de diez años o más y verás que se van volando. Quien hace diez años no planificó, ahora está sufriendo las consecuencias. Abram se preocupó por las próximas generaciones y la promesa fue sacarlo próspero.
3- Sentirse oprimido y tener conciencia de víctima es la tercera mentalidad equivocada que debemos superar.
No te acomodes a  una situación de menosprecio. Hay mujeres que sufren violencia doméstica porque creen que lo merecen ya que no cumplen bien con sus responsabilidades. También hay hombres que soportan situaciones humillantes porque se sienten culpables.  Sal de ese círculo de opresión y deja de justificar tu actitud de derrota.
Luego de salir de Egipto, muchos israelitas no pudieron ser libres porque no fueron capaces de superar la opresión. A pesar de que Dios ahogó al ejercito del Faraón ante sus ojos, algunos se sentían todavía esclavos y no pudieron avanzar. 
Ya no veas hacia atrás, si quieres, voltea una vez más ahora y libérate de la opresión del pasado. El Señor te ha liberado, ahogó a tus opresores delante de ti, te sacó del lugar donde estabas, ya no eres un fracasado, adicto o alcohólico, eres libre para hacer un pacto y recibir tus promesas. El Salmo 105:37 dice: Los sacó con plata y oro; Y no hubo en sus tribus enfermo.
Después de 430 años de opresión, el pueblo de Israel finalmente vio la libertad, cuánto más debes verla tú que fuiste lavado por la sangre del Cordero. Dios te ha sacado de tierra extranjera, te ha liberado de la esclavitud y de la opresión, si no lo tienes por cierto es porque no le has traído la ofrenda que te ha pedido. No tardes en obedecerle.
Los opresores te dejarán libre
Éxodo 5:13 habla sobre la opresión de los egipcios: Y los cuadrilleros los apremiaban, diciendo: Acabad vuestra obra, la tarea de cada día en su día, como cuando se os daba paja.
Éxodo 12:33 relata lo que sucedió después: Y los egipcios apremiaban al pueblo, dándose prisa a echarlos de la tierra; porque decían: Todos somos muertos.
Los egipcios oprimieron al pueblo durante siglos, pero cuando el tiempo se cumplió, ellos mismos fueron quienes los sacaron para que fueran libres. Quienes te oprimían serán los que te abrirán las puertas.  Ten por cierto que eso ocurrirá. Aquellos que te han detenido para evitar que luches y prosperes, te darán paso para que alcances tus promesas. Si aún estás en éxodo 5  y tienes mentalidad de esclavo, extranjero y oprimido, avanza a éxodo 12. La misma fuerza que te ha detenido, ahora te impulsará hacia adelante.
El Señor  usará para bendecirte ese mismo poder que te esclavizaba. Te dará lo que has obtenido por pacto. El mundo no creerá que pasaste por el horno porque ni tus ropas tendrán olor a humo.  Las pruebas no te marcarán ya que has sido fiel al Señor y le has dado lo que te pide. 
Continúa con la siembra, no descanses, convéncete de que cada vez que lo haces estás agregando a tu cuenta y mientras más tengas, más recibes.
Declárate libre porque hoy sales de Egipto y dejas de pensar como esclavo.  Dios desea entrar en tu vida, estás llamado a recibir bendición.  Entrégate a Él como la mejor ofrenda que puedes darle y no temas sembrar para cosechar.  Hoy es un buen momento para que selles el pacto de prosperidad que Dios desea firmar contigo
AMEN